Las personas necesitamos comer, beber y respirar para mantener nuestras funciones vitales. La comida y la bebida se ven y se pueden rechazar si no nos gusta su aspecto, pero… ¿qué ocurre con el aire? Cuando estamos en la oficina o en un centro comercial, hospital o incluso en nuestras casas, no podemos rechazar el aire para respirar y, desgraciadamente, no siempre es de la calidad necesaria para evitar daños en nuestra salud.

Sabemos que la mala calidad del aire exterior es causa de millones de muertes prematuras, pero no pensamos que la principal exposición al aire no se produce en exteriores sino en los espacios cerrados. En entornos urbanos especialmente pasamos entre el 80 y 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados.

La Covid-19 nos lo demuestra también. Según un estudio realizado en Japón, la probabilidad de contraer la enfermedad es 20 veces superior en espacios cerrados que en el exterior.

En los meses fríos, en la mayoría de los países, especialmente del hemisferio norte, la calidad del aire exterior suele empeorar, y a menudo se recuerda que el aire que respiramos requiere unos niveles de calidad adecuados, por eso hemos decidido que el día 27 de cada mes de Noviembre celebremos el DÍA MUNDIAL DE LA CALIDAD DEL AIRE INTERIOR, un recordatorio de que necesitamos aire limpio para nuestros pulmones y lo necesitamos en todos los sitios, en la calle por supuesto, pero también en los espacios cerrados donde pasamos la mayor parte de nuestras vidas.

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